Sully

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Un 26 de Febrero del 2016, Sully apareció en la finca de una amiga de Paula tras que su mamá pariera una camada de 4 cachorros. La mamá nunca más apareció por allí tras el parto, así que Paula y su amiga decidieron ponerse manos a la obra para buscarles un hogar. Pero Paula se enamoró de Sully y se lo quedó. Ahí empezó su relación entre tetinas y biberones y Sully fue convirtiéndose en un precioso gato peludo, grande y fuerte.  Paula y Sully tienen una estrechísima relación, tanto es así que el sitio favorito para Sully es estar encima de Paula… ¡y a Paula le encanta!

Paula adaptó su vivienda para que fuera segura para Sully, poniendo sistemas de seguridad en las ventanas para evitar que se tirara por ellas. Pero hace poco que se tuvo que cambiar de vivienda y antes de que pudiera poner los sistemas de seguridad en la nueva casa, una confusión hizo que una de las ventanas se quedara abierta sin que Paula lo supiera.

Paula lo recuerda como el peor día de su vida, estaba haciendo la cena cuando empezaron a llamar insistentemente al telefonillo. ¡No lo podía creer! Su ‘bebé’ Sully se había caído por la ventana. Salió corriendo, tanto que no recuerda ni como bajó los 4 pisos, para encontrar a Sully bajo el coche sobre el que había caído, muy asustado y con sus patas traseras completamente estirada. Consiguió sacarle de debajo del coche y observó que tenía las patas mal, posiblemente fracturadas y desconocía si podía tener algún daño interno.

Su situación de desempleo la impedía totalmente acudir a un veterinario de urgencias, pero una veterinaria que conocía la dio un antiinflamatorio para que pudiera pasar la noche sin dolor. Mientras Paula sacó fuerzas no sabe de donde, ya que es muy aprensiva y suele marearse, para curarle las heridas.

A la mañana siguiente, Paula se dirigió a la Fundación Mascoteros. Ya nos conocía por el famoso caso de la gatita Broken. Carlos Rodríguez vio a Sully y tras realizarle pruebas radiológicas pudo ver que tenía 3 patas fracturadas: una fractura de codo en la pata anterior izquierda y fracturas de los tarsos en ambas patas posteriores. Afortunadamente Sully no tenía ningún daño interno.

Pero no sólo Sully necesitaba ayuda, Paula también ya que en su situación no podía permitirse pagar las cirugías y tratamientos que su gato necesitaría para poder tener una vida digna. Había que esperar a que Sully cogiera fuerzas para operarle, así que tras ponerle en tratamiento farmacológico se le mandó unos días a casa.

Finalmente fue intervenido el pasado 14 de junio para solucionar sus fracturas y desde entonces Sully cada día está mejor.

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