Sarita

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No sabemos si Sarita nació en la calle o alguien la dejó con apenas un mes en ella. Fuera una cosa u otra y a pesar de este comienzo tan triste, Sarita tuvo la mejor de las suertes cuando Liliana paseaba un día cualquiera del mes de mayo echó su mirada al suelo y la vio. Sin dudarlo un momento se la llevó a casa. Fue tratada de tiña en sus primeras semanas, aunque fue duro consiguió superarlo.

Todo parecía haberse solucionado y Sarita podía empezar por fin a disfrutar como un cachorro, que es lo que es con sus cinco meses de vida. Hace unos días Sarita empezó a no comer ni tampoco hacía sus necesidades. La llevaron al veterinario y le dijeron que Sarita se había tragado un hilo y que había que realizarla una cirugía para sacárselo. El coste del procedimiento quirúrgico escapaba totalmente a las posibilidades de Liliana.

Pasaron unos, dos y hasta tres días buscando ayuda por todos los sitios, hasta que dieron con el teléfono de la Fundación Mascoteros. Era jueves por la noche y, viendo el estado grave en el que se encontraba Sarita, le dimos cita para atenderla el mismo viernes por la mañana.

Ya en consulta, el equipo veterinario puedo comprobar que Sarita tenía un hilo que recorría totalmente su tracto digestivo: le salía desde la boca hasta el ano. Había que operarla urgentemente y así lo hicimos ese mismo día.

El pasado viernes 8 de septiembre se le practicó una enterotomía múltiple de urgencias en el que se extrajo un hilo de una longitud de 1,5 metros. A pesar de que las primeras horas eran críticas y de que Sarita llegó muy débil, esta preciosa gatita atigrada se está recuperando satisfactoriamente ¡es todo una luchadora!

En cuanto se recupere podremos empezar la pauta de vacunaciones, tests, identificación y esterilización.

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