Kiko

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Hace casi un año que la madre de Azrael adoptó una gata a una mujer que cuida a los felinos de las calles de Getafe. La sorpresa fue cuando a las semanas, la gata tuvo dos cachorros inesperadamente, uno de ellos era Kiko. La madre de Azrael se encariñó mucho con ellos y a su vez tampoco encontró a nadie que los quisiera. Así que lo que iba a ser una familia peluda de un miembro, se tornó en tres.

El pasado mes de enero, Kiko se precipitó accidentalmente por una ventana de la casa. Su familia lo llevó al veterinario, donde vieron que el gato se fracturó ambas patas delanteras. Sólo podía solucionarse operando, pero la humana de Kiko es una mujer muy humilde que vive con una pensión escasa, afrontar los gastos de las cirugías de dos patas era imposible para ella.

Su hijo Azrael se puso a buscar ayuda y nos encontró a nosotros. Tras valorarle en nuestro centro, pudimos confirmar que Kiko tenía afectadas ambas patas delanteras: una tenía fractura radio y en la otra de cúbito y radio.

Nuestro equipo se puso manos a la obra y metieron en quirófano a Kiko. Tras una larga cirugía, consiguieron resolver sus fracturas. Tras ella, Kiko ha estado acudiendo a nuestro centro varias semanas para realizar las curas correspondientes y darle los tratamientos necesarios.

Aunque Kiko aún no ha sido dado de alta y aún le quedan varias semanas de visitas veterinarias y ejercicios, podemos decir que su evolución está siendo muy favorable y este pequeño felino pronto podrá estar jugueteando con su hermano de nuevo.

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