Isabel se encontró a Bujía en la calle, tras que se precipitara de un tejado posiblemente jugando o aprendiendo a inspeccionar ya que apenas tenía dos meses.
Bujía estaba muy grave cuando llega a nuestro centro: tenía un politraumatismo, todo el lateral de su cuerpo completamente inflamado, sangre en la vulva, hematomas y el abdomen hiperdistendido.
Tras realizarle una ecografía, un test de orina y una radiografía, los veterinarios observan que tiene la vejiga completamente llena y distendida, el riñón izquierdo afectado por traumatismo, peritonitis grave y una fractura de cadera. Se le pone en tratamiento para estabilizarle e Isabel viene todos los días a vaciarle la vejiga y a que le revisemos.
Finalmente, tras 6 días luchando, Bujía tuvo un fallo renal agudo y tuvimos que proceder a eutanasiarle.
Descansa en paz, pequeña.