El pasado 9 de marzo recibíamos la llamada desesperada de Patricia. Willy, su fiel amigo ‘perruno’, llevaba semanas vomitando y sin comer. Su situación era límite y nadie la ofrecía ayuda más que recomendarla poner a Willy con alimento gastrointestinal, pera era evidente que no mejoraba.
Patricia, en paro y con dos hijas, no podía permitirse ni siquiera ir a una consulta veterinaria, pero alguien les habló de nosotros. Le indicamos que fuera esa misma tarde al Centro Veterinario Mascoteros en Rivas-Vaciamadrid para que el equipo veterinario pudiera valorar la situación de Willy.
En la clínica se encontraron con un animal deshidratado y muy grave. Tenía una estenosis pilórica por lo que tuvo que ser intervenido de urgencia ese mismo día.
A pesar de la complicación de la cirugía, Willy ha pasado las primeras horas evolucionando favorablemente.
