Salem es un gato de unos dos años de edad que fue recogido de la calle hace un tiempo por Pilar. Hace unos días que Salem empezó a comportarse extraño: se orinaba por toda la casa y estaba muy decaído.
Pilar unió el dinero que tenía para llevarle de urgencias a una clínica veterinaria, donde le realizaron una ecografía y una analítica y le dijeron que tenía cristales en la orina. Pero a Pilar no le daba el dinero para seguir dándole el tratamiento ni realizarle las posteriores pruebas de control.
Así que decidirnos hacernos cargo de su caso: tras estar sondado unos días, una dieta adecuada para problemas urinarios y ponerle en tratamiento antibiótico y antiinflamatorio, el sedimento de su vejiga prácticamente quedó disuelto.